Mercados tradicionales, el templo de la mejor materia prima
Hay algo que en Alevoo tenemos grabado en nuestro ADN desde que comenzamos nuestra aventura: que en la naturaleza encontramos todo lo que necesitamos para cuidarnos por dentro y por fuera. Por ello apostamos por productos orgánicos, con propiedades excelentes y con alma sostenible, en favor de un mundo más limpio, más amable y más saludable. Este concepto también cobra vida en los mercados tradicionales, espacios en los que compartir experiencias con el vecindario y templo de la mejor materia prima. En ellos proliferan valores como la cercanía, la confianza y el compromiso, piezas indispensables en estos espacios en los que el comercio justo es el rey.
Por la frescura de sus alimentos, por potenciar la economía local, por el apoyo a las pequeñas empresas y emprendedores, por el apoyo a las familias que hacen que su proyecto pase a la siguiente generación, por una atención al cliente más cercana… Son muchos y muy positivos los motivos por los que nos ilusiona ir a comprar a los mercados, espacios en los que, en algunas ubicaciones, puedes encontrar nuestro aceite de oliva virgen extra Alevoo. Hoy te desvelamos algunos de esos motivos que también te convencerán.
Productos de proximidad
En los mercados tradicionales destacan los productos de proximidad, alimentos traídos de los rincones del mismo país en el que se ponen a la venta, sin que pierdan así propiedades, no tanto de otros destinos más alejados en los que su cultivo es de peor calidad y su transporte supone una contaminación que se vierte a la atmósfera y al suelo (o el mar).
Más sostenible
Más allá de la rueda de consumismo y velocidad en la que la sociedad está inmersa, existen otras formas de compra y adquisición de productos más responsables y la de los mercados es, sin duda, una de las más acertadas. Con un consumo más lento y más sostenible, sin caer en excesos, es como ayudaremos al planeta frente al calentamiento global y el cambio climático.
Trato personalizado en los mercados tradicionales
Aunque en un primer momento, la compra en un supermercado puede parecer más sencilla y rápida que en un mercado tradicional, el trato es un factor diferencial y de importancia entre ambos espacios. El trato personalizado que te ofrece ese carnicero, pescadero o frutero hace que te apetezca repetir cada semana, porque la relación de lealtad también se construye cuando quien está al otro lado del mostrador te conoce.
Un vecindario feliz
En torno al mercado se desarrollan multitud de actividades y se crean relaciones que van más allá de lo profesional. Un barrio que vive alrededor de su mercado y en contacto con él es un vecindario feliz. Desde los más jóvenes hasta los más mayores, todos pueden encontrar su hueco y su vendedor de confianza en estos mercados.
Adiós al plástico
Además de todos y cada uno de los beneficios asociados a los propios alimentos que se pueden adquirir en estos espacios, los mercados son excelentes rincones para hacer frente a la marea de plásticos de un solo uso. Al favorecer la compra a granel, los clientes pueden acercarse con sus propios recipientes, sacos y bolsas.
Cuidar al sector primario
Lo bueno de los mercados tradicionales no es solo lo que se ve, también lo que no se aprecia a simple vista. Y es que detrás de estos templos del alimento fresco hay un sinfín de PYMEs y profesionales que los sostienen, también desde el sector primario. Agricultores y ganaderos cuentan con sus propios clientes para los que reservan buena mercancía de gran calidad y sin que los que no podrían mantenerse.
Alimentos especiales
Quizá, al acudir a su supermercado, no hayas encontrado esa pieza de carne, ese pescado o molusco especial para ti, la verdura de una región concreta… Y te hayas vuelto a casa con las ganas de tenerla en tu despensa. En el mercado de tu barrio, sin embargo, tendrás la oportunidad de dar con esos alimentos menos comunes que harán tus recetas más sabrosas. También podrás encontrar productos gourmet muy exclusivos, como nuestro AOVE Alevoo. ¡Ventajas de ser pequeño y no comprar productos en masa!
Mercados tradicionales sin desperdicio
Una de las grandes ventajas de comprar en los mercados locales es que cada cliente compra exactamente aquello que va a consumir, huyendo de los packs prediseñados y evitando el desperdicio tan innecesario de comida. Además, gracias a la orientación del vendedor experimentado, siempre llevarás la cantidad estimada para tu núcleo familiar.
Slow food
En línea con el movimiento que apuesta por la cocina lenta (slow cooking), la ‘slow food’ es un fenómeno, en sintonía con la visión ecológica y ética de los mercados, que apuesta por un consumo de calidad y sostenible. Una clara defensa de las recetas tradicionales y locales, de los sabores más auténticos y una renuncia a la cocina y la alimentación con prisas.
También en casa
Los mercados son espacios en continua evolución, que se han ido adaptando a los constantes cambios sociales y tecnológicos. Por eso, en muchos casos, cuando el cliente no puede acudir físicamente al puesto, puede decantarse por realizar una llamada telefónica o recurrir a realizar su compra online. Y en el mismo día o al día siguiente tendrá en casa su compra. ¡Sin excusas!